Ya sonaba el llamado en la iglesia con el tañir de las campanas...
Tántas caras con el cansancio encima, sonriendo apenas, entre los apretones y los abrazos...
Guardando lo mejor y agradeciendo lo que nos dió y nos dejó...
El patio de tierra con las mesas llenas de parientes, amigos y conocidos comiendo, unos bajo la sombra del tecomate, todavía con algunos frutos verdes en las ramas, y otros bajo la cacaragua...
La hornilla con tinas de pozole con pollo, menudo, birria, por allá alguien trajo una cazuela de frijoles y otros más mandaron azúcar, café y lo que se pudo, se compraron cubetas de tamales colorados, se hicieron litros y litros de agua de cebada en el día y de café por la noche que se acompañaron con costales de galletas, no podían faltar las hieleras con cerveza para algunos y las ánforas de aguardiente para otros, los hermanos, los primos, los sobrinos, los vecinos...
Las manos no eran suficientes en la cocina, las nietas, las hermanas, las cuñadas, fregando trastos y disponiendo todo para que nadie quedara sin comer ni beber, tres días y dos noches como una rueda sin fín...
Los días calurosos,unos buscando la sombra del árbol de lima junto al pozo y otros bajo los guayabos junto al lavadero, los pollos piando por su maíz entre los pies de tantísima gente que iba y venía, los gallos correteando a las gallinas y el perro de la casa haciendo su agosto con las sobras...
En la calle bajo la carpa todo el pueblo fué por lo menos un rato a platicar, a saludar, a dar las condolencias, las señoras envueltas en sus mantillas negras recordando y reconociendo las caras nuevas, los niños jugando ajenos a todo lo que no fuera correr o reír...
Tánta tristeza por la partida y tánta alegría por volver a vernos!
En la casa el féretro de madera rodeado de flores y los cirios pascuales, nunca estuvo solo, faltaba espacio para estar cerca, los rosarios sentidos y llenos de pena, los abrazos para recuperar las fuerzas...
Al salir del rancho, al frente iba la carroza llena de flores porque los hombres se echaron la caja en hombros, detrás las hermanas y los hermanos caminando junto a tanto hijo y tanto nieto imposibles de contar, ya no se sabía cuáles eran parientes y cuáles conocidos, allá todos son parte de todos...Enseguida los señores en bicicleta formando un grupo donde nomás se veía el mar de sombreros, hasta el final la fila de carros y camionetas llenas por dentro y por fuera, a vuelta de rueda respetando el paso de los dolientes, tres o cuatro kilómetros de camino, rodeando las siembras primero y luego por las calles empedradas para llegar al panteón, -su último paseo por Tecuala-, dijo mi viejo...
En la casa el féretro de madera rodeado de flores y los cirios pascuales, nunca estuvo solo, faltaba espacio para estar cerca, los rosarios sentidos y llenos de pena, los abrazos para recuperar las fuerzas...
Al salir del rancho, al frente iba la carroza llena de flores porque los hombres se echaron la caja en hombros, detrás las hermanas y los hermanos caminando junto a tanto hijo y tanto nieto imposibles de contar, ya no se sabía cuáles eran parientes y cuáles conocidos, allá todos son parte de todos...Enseguida los señores en bicicleta formando un grupo donde nomás se veía el mar de sombreros, hasta el final la fila de carros y camionetas llenas por dentro y por fuera, a vuelta de rueda respetando el paso de los dolientes, tres o cuatro kilómetros de camino, rodeando las siembras primero y luego por las calles empedradas para llegar al panteón, -su último paseo por Tecuala-, dijo mi viejo...
Tántas caras con el cansancio encima, sonriendo apenas, entre los apretones y los abrazos...
Guardando lo mejor y agradeciendo lo que nos dió y nos dejó...
Así despedimos a la Tía Susana... y con amor la recordaremos siempre... Susana Ceja Ramírez, 84 años...
descanse en paz...
descanse en paz...
4 comentarios:
amiga es triste la partida pero k alegria ke tu tia susana era muy querida y k fue despedida por su gente y q la recordan siempre donde quiera k este te estara cuidando un saludo y un abraso desde tampico madero mexico
Que descanse en paz, y seguro lo hace...
Me conmueven tus palabras que tan bien narran esos mometos de duelo, en los que el alma vive unos duros momentos de irreal realidad, asi senti hace años el de mi abuela y no hace tanto el de mi padre nunca se les olvida, al contrario son recordados siempre con una sonrisa por tanto que se les queria, pero que pena da que se vallan, siento mucho tu perdida amiga, te acompaño en el sentimiento y te mando un abrazo fuerte. Liando los Hilos.
Tus palabras me conmovieron muchisimo,yo perdi a mi mama hace poco es un dolor terrible pero tambien reconforta saber que hemos tenido la inmensa bendicion de tener a nuestro lado esas personas maravillosas que dejan huella al andar y que celebran la vida dia a dia dando sin esperar nada a cambio.Desde Uruguay vaya un gran abrazo aunque no te conozco.Vamos adelante
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